Vecinos de Parc Central denuncian ruidos nocturnos y no tener servicio de correo
Vivir en Parc Central debería ser todo un lujo, y así se lo imaginaban muchos de los pioneros vecinos que ahora viven en este barrio, con muchas viviendas todavía en construcción. Sin embargo, desde hace meses vecinos de este barrio han denunciado continuos ruidos de jóvenes y por si fuera poco, el correo postal no llega.
Según uno de estos vecinos, en las calles Montreal ´76, Londres ´48 y Barcelona ´92, se llenan sistemáticamente de coches y grupos de personas, que desde primera hora de la tarde hasta altas horas de la madrugada se dedican a "traficar y consumir drogas, hablar en voz alta y proferir gritos y cánticos, poner música a gran volumen, proferir insultos y amenazas ante cualquier vecino que les llame la atención, y efectuar juegos molestos como el fútbol hasta altas horas de la mañana". Para Francisco, que prefiere mantener su anonimato, estas personas causan destrozos en la vía pública, zonas ajardinadas, infraestructuras y edificaciones públicas y privadas, y "roban gasóleo de los depósitos de obra con el consiguiente peligro de la manipulación de dichas sustancias, así como en los edificios ya habitados por ejemplo los video porteros". Además, este vecino denuncia que ha deteriorado vehiculos privados de los vecinos que aparcan bajo su casa. "Varios coches han aparecido rayados y abollados por balonazos y gente que se apoya y sienta en los mismos".
Para francisco, que paga una hipoteca de 1.200 euros, esto no es lo que se esperaba. "Me parece injusto que desde el Ayuntamiento de Torrent y las propias promotoras de viviendas, se engañe a la gente para atraer compradores a una zona que se vende como próspera, residencial y en expansión, cuando sólo puedes conseguir adeudarte de por vida con una hipoteca en una zona donde hoy por hoy la calidad de vida es nula". Según ha denunciado este vecino, desde el mes de junio no se puede dormir hasta antes de las 3:00 h de la mañana debido a los gritos, risas, alta música, golpes y balonazos. "La zona que se nos vendió como residencial parece un camping, debido a la invasión de personas, con sillas, tumbonas y toallas", señala y añade que "desde mitad de tarde, hasta altas horas de la madrugada, te sientes vigilado. Esta gente sabe cual es tu coche y cuándo estás o no estás en casa". Lo peor para este vecino es no poder dormir por los ruidos, gritos y música de la gente "que acampa en mi portal, intimidado por grupos de “macarras” en la puerta de mi casa, viendo gente fumar porros, haciéndose rayas, esnifando sustancias y traficando con ellas".