Cae parte de una cornisa de un edificio protegido de Gómez Ferrer cercano a unas obras

Otro nuevo desprendimiento ha sorprendido a los vecinos del casco histórico, que comienzan a acostumbrarse a ver sus edificios más históricos enmallados y vallados. Esta madrugada le ha tocado el turno a otro edificio protegido de 1960 situado en el número 13 de la calle Gómez Ferrer.

Parte de una cornisa ha cedido cayendo de un tercer piso sobre la acera. Afortunadamente ha caído a las 4:30 de la madrugada y no ha causado daños personales, pero habría sido muy diferente de haber sucedido por la mañana ya que es una acera de paso continuo de vecinos del barrio por una acera de menos de metro y medio.

Sobre las 5:15 han intervenido los bomberos de Torrent, que han retirado cascotes. Esta mañana se encontraba en la zona el alcalde de Torrent, Jesús Ros, que a pesar de estar de vacaciones se ha acercado al lugar, donde el alcalde accidental, Jose Antonio Castillejo ordenaba junto a la Policía Local el paso de peatones tras quedar acordonada la zona.  

A pesar de la obligación de respectar fachadas y la nueva moda por rehabilitarlos, hace unos años cayó una vivienda de 1917 cercana a menos de 50 metros y hace solo unos meses tuvo que ser enmallada otro edificio antiguo en la plaza Obispo Benlloch de 1950. La lista sigue con vallas en otro edificio en la plaza de El Raval de 1920 y otras viviendas que por diversos motivos siguen sin acogerse al plan de ayudas municipal para restaurar fachadas.  

“Mi madre estaba quitando la ropa y se ha librado de milagro”

Es el caso de este edificio protegido. Según Pedro Barberán, inquilino afectado por el desprendimiento, los vecinos llevan años queriendo pintar y arreglar la fachada, pero las diferencias en la comunidad han impedido pedir el permiso para hacerlo. “Hace unos años pinté parte de mi fachada, porque me daba vergüenza de lo sucia que estaba y el presidente de la escalera me llamó la atención porque no se podía tocar al estar protegida”, ha señalado Pedro, que ha dicho que esto se veía venir. “Hace unos años se desprendió una parte del tejado por el viento, y desde hace años se nota caer polvo”, asegura este vecino.

A pesar de que no ha habido daños materiales, la desgracia podría haber sido mayor. Media hora antes del desprendimiento la madre de Pedro había salido a quitar la ropa porque estaba chispeando. “Media hora más tarde se ha caído la cornisa. Se ha librado de milagro. Si llega a ser más tarde podría haberle caído. Parte de la balaustrada ha quedado afectada. Estamos esperando a que venga el arquitecto municipal y vea los daños”, comenta Pedro, que cuenta que su madre aún está nerviosa por lo que podría haberle pasado.

Obras municipales de alcantarillado cercanas

El edificio se encuentra junto otros dos protegidos, el situado junto a la antigua calle de Aviador Ramón Franco de 1940, y el que alberga el antiguo restaurante Agustí de 1947. La semana pasada la contrata encargada del proyecto de reurbanización de El Alter había iniciado las obras de alcantarillado en la calle Abastidors y Aviador franco. Previamente se había enmallado el edificio en esta última por estar en peores condiciones para evitar desprendimientos, pero ha sido el situado al lado fuera de la zona de obras la que ha tenido el desprendimiento.

Pedro señala que desde que se iniciaron las obras han visto como temblaba parte del balcón. “Caían piedrecitas del tejado. Incluso nos ha caído una teja”. Pedro cree que las obras han acabado por hacer caer parte de la cornisa que ya estaba en mal estado.  

La zona es una de las más antiguas de la ciudad, en el barri antic de Vora Sèquia, una zona donde antiguamente vivían los comerciantes de la ciudad. La perforación del suelo en Aviador Franco ha dejado al descubierto un empedrado antiguo de gran valor que no fue protegido hace veinte años, y que será ocultado de nuevo al no haberse protegido entonces.

Las obras de El Alter comenzaron en febrero de este año tras varios años de espera para tener la autorización de la Conselleria de Cultura. En esta zona no se va a respetar el empedrado original como en la calle Santa Ana, salvo en la parte de la placeta de Virgen de los Desamparados, en la que está previsto dejarlo escalonado y original, una decisión que ha sorprendido a los vecinos, que ven como un empedrado más antiguo se oculta, otro posterior se va a sustituir en todo el barrio y se mantiene solo en unos metros cuadrados.