Regular la publicidad y el futuro del Huracán

La propuesta de regular para 2016 la publicidad institucional abre un horizonte nuevo para la prensa local. La retirada de las mociones tanto de Compromís como de PP para constituir una comisión técnica, que consensue entre todos los partidos este tema, debe servir para reparar la grave situación creada tras el durísimo recorte de hasta un 65% infligido por Costa a parte de la prensa, a excepción del experiódico de su técnico de prensa municipal. El aumento de un 38% a Torrent Informatiu, conocido solo una semana después de que el concejal de Fiestas y Comunicación asegurara en rueda de prensa que el PP le había dejado “miseria”, ha dejado a Costa sin credibilidad suficiente para gestionar un área en la que mentir no es admisible, y mucho más cuando se hace de forma pública ante unos medios a los que lamentó haberles recortado por falta de presupuesto. Mucho tendrá que cambiar para recuperar lo que ha perdido de una forma tan escandalosa.

La denominada “comisión técnica”, que aún no ha echado ni a andar, debería caminar hacia una regulación que favorezca la existencia de una prensa informativa local independiente. El café para todos, sin entrar a valorar la cantidad y contenido informativo, canales, alcance, cobertura y calidad informativa… no solo no sería injusto económicamente para aquellos medios que dedican más esfuerzos a informar, sino que acabaría por empobrecer el ecosistema informativo de la ciudad. La equidad no debe entenderse como una regla que considera igual a distintos medios independientemente del producto que ofrecen.

Para la ciudad, no es lo mismo apoyar a un medio que publica más de 315 páginas anuales de información local, que a uno que solo publica 100. Porque tampoco es lo mismo un periódico que invierte de dos a tres horas diarias a informar a través de su web como lo ha hecho este medio publicando 1.380 noticias el último año, que otro que no lo hace. Ni tampoco es lo mismo un medio que accede y contrasta directamente con las fuentes, entrevista a todos los partidos políticos, acude a ruedas de prensa, actos sociales… y que tiene en su fototeca 34.000 fotografías que uno que no se preocupa de igual forma de ello.   La regulación de la publicidad institucional debería servir para garantizar la existencia de medios locales, pero también medios que informen de Torrent en el idioma propio de la ciudad, y que lo pudieran hacer con independencia y libertad independientemente del partido en el gobierno. Este es un momento único para que eso suceda, una oportunidad que no se debe dejar pasar, y si así sucede, LA OPINIÓN DE TORRENT sí que estará dispuesta a continuar y seguir informando, siempre que los torrentinos nos elijan para informarse. Prueba de ella es este número que aunque mensual

La dimisión de Toni Seligrat como técnico del Huracán CF ha destapado la debilidad económica del Huracán CF. El club blanquirojo, que trajo la 2ªB al Sant Gregori hace solo dos años y arrastró a cerca de tres mil aficionados el año pasado, podría perder la categoría como ya le pasara al Torrent CF si los nuevos inversores no cumplen sus promesas de hacerse con la deuda del club. De momento, la situación es crítica, con impagos acumulados de nóminas, campo y equipaciones deportivas y dudas sobre las inversiones comprometidas en el campo. La marcha de Seligrat, y su distanciamiento con presidente actual, Toni Hernández, son un síntoma de que la bola puede ser demasiado grande.

La Auditoría de la deuda, vital para el futuro de la entidad, resulta clave. Sin patria ni campos donde ampliar sus escuelas, el Huracán CF necesitaría liquidar su pasivo y abordar la negociación de fusión con el Torrent CF para abordar un futuro estable en la ciudad. La prudencia financiera que ha demostrado la entidad taronja desde su descenso de 2ªB es la principal garantía de que no habrá fusión si no están claras las deudas y se mantiene el nombre de Torrent CF. La posibilidad de que Torrent volviera a tener a su equipo decano en 2ªB sería colocaría a la ciudad en el lugar futbolístico que por población debería tener. Pero si es engordar para morir, mejor olvidarse del sueño, que de ese sueño ya se ha despertado antes.