La vivienda modernista de Camí Reial cuenta ya con una orden de derribo

La casa modernista de prinicpios del siglo XX tiene los dáis contados, ya que pesa sobre ella una orden de derribo que se ha acelerado debido a la caída de cascotes a la vía pública. La vivienda está pendiente de derribo desde hace tiempo pero la propietaria ha decidido demolerla para evitar más problemas. Al estar fuera del PEPRI y no estar catalogada, la vivienda va aser ser derribada. Solo un día antes, el alcalde Jesús Ros había valorado la posibilidad de conservar el entorno arquitectónico de la báscula. Ros condicionaba una futura actuación en la zona al plazo de concesión de la gasolinera, la única que queda en pleno casco urbano. “Vamos a hablar con los propietarios del inmueble. Después de la recuperación de la fuente de la báscula municipal,  consideramos que sería interesante mantener el entorno, pero antes hay que ver el tiempo de concesión que tiene la gasolinera”, dijo solo un día antes de conocerse la orden de derribo.

Según el arquitecto local, Tomás Roselló, experto en el patrimonio local, “si bien depende de la sensibilidad del arquitecto municipal”, apunta Roselló. Para este arquitecto, defensor del patrimonio torrentino, esta vivienda formaría parte de un conjunto arquitectónico valioso por ser un ejemplo de la arquitectura popular del Torrent de principios de siglo del que hay otros ejemplos en la calle Valencia y Cami Reial. Se da la circunstancia que recientemente fue restaurada la antigua báscula municipal y su fuente, recuperándose parte del patrimonio local.

Explica Roselló que la vivienda pertenece al estilo modernista popular de la década de los veinte a los treinta del siglo XX. “Es uno de los pocos edificios de dos alturas de esta época que queda en la ciudad. Según la documentación que existe, tenía delante una zona ajardinada donde se encuentra ahora la gasolinera y formaba parte de la plaza ubicada junto a la báscula, enmarcada también por un conjunto arquitectónico de varios edificios”, señala Roselló. Desde esta zona se accedía al barranco en la senda que llevaba a la Font de Sant Lluis. Además de su valor arquitectónico, Roselló destaca esta plaza por ser el punto de salida del Cami del Xorro que bordeaba el barranco hacia la fuente de Sant Lluis. De hecho, un cartel anunciador marca el recorrido.

En las redes sociales torrentinas, el debate sobre la conservación o derribo del edificio se ha mantenido abierto. Entre ellos los partidarios de mantenerla, y los que señalaban que antes de nada lo más importante era la seguridad. También había comentarios en los que se hablaba del cambio de la gasolinera de la zona. Una gasolinera que renovó su concesión con Pep Bresó como alcalde de Torrent.