Andres Campos vs Jesús Ros, dos maneras distintas de hacer política

Queda poco menos de un mes para conocer al nuevo candidato socialista a la alcaldía. Los cerca de 350 militantes de la agrupación torrentina elegirán por segunda vez en su historia mediante votación a su candidato. La primera vez se enfrentaron Ximo Planells contra Jesús Ros, que gobernaría la ciudad hasta que dimitió en 2004 para dar paso a Pepe Bresó.

Finalmente, Blanquerías aprobó unas primarias cerradas no abiertas a simpatizantes. La ventaja inicial de Campos se limita y volverá a ser la llamada telefónica, el café y la charla con el candidato el condicionante para conseguir los avales necesarios para la victoria. Una vez más, la elección del candidato estará condicionada a las alianzas y apoyos dentro de una agrupación con poco más de trescientos militantes, y nuevamente de espaldas a los simpatizantes y los electores que tendrán que votarlos en las urnas.  

Ideológicamente, Campos representa el sector renovador y situado más a la izquierda, y Ros el sector conservador que intenta recuperar el poder apoyo de las principales familias del partido. Pese a que el actual portavoz fue apoyado por el exalcalde, éste retiró su apoyo hace unos meses y decidió presentar batalla rodeado exclusivamente de veinteañeros del partido, una estrategia comunicativa la diferencia generacional entre ambos candidatos.

Política en las redes, o en la calle

Andrés Campos, portavoz municipal, y candidato en las pasadas elecciones presenta como principal aval su fuerte presencia en las redes sociales, uno de los principales instrumentos de comunicación en la política actual para contactar con los ciudadanos, mientras que el segundo prefiere el contacto en la calle. Las ventajas de llegar a cientos de personas con un solo click no se consiguen fácilmente yendo a pie pero puede perderse el contacto con la persona. Según este índice de redes sociales sería el segundo político del PSPV con más influencia en las redes sociales.

Para Jesús Ros, de 60 años de edad, la tecnología no ha sido nunca su gran pasión. Reticente a tener móvil cuando este aparato comenzaba a extenderse, sigue sin tener un perfil oficial en las redes sociales como tienen la mayoría de los políticos. De hecho ha aparecido antes un perfil falso que el oficial. Ros prefiere el contacto en la calle y “mirar a los ojos” como reiteró en su presentación a los medios diez años después. Ello no le ha servido para perder la batalla en las redes sociales en la que los comentarios en contra de su candidatura eran más numerosos que sus defensores.  Por el contrario, su dominio del terreno político y sus influencias dentro del partido son mayores, y controla las principales familias del partido.