Torrent revive los 25 años del primer desfile moro

Las fiestas de Moros y Cristianos de Torrent celebran este año el 25 aniversario de su primer desfile. En este largo tiempo, lo que fue una anecdótica parada mora de dos escuadras organizada por los clavarios dels Sants de la Pedra de 1988 se ha convertido en una de las fiestas de recreación medieval más importantes de la provincia en la que participan cerca de un millar de festeros y que atrae cada año por el mes de julio a miles de visitantes. Su crecimiento espectacular, entre finales y principios de siglo pasado, con la aparición de numerosas comparsas moras y filás cristianas, ha conseguido revitalizar unas fiestas patronales prácticamente desconocidas y que pasaban sin pena ni gloria para los torrentinos.

Como suele pasar, con el tiempo la memoria falla, y hay varias versiones, pero la más autorizada quizá es la de Pepe Pardo, quien a día de hoy es el único que ha salido en las 25 bajadas desde el convento. Según este festero, la idea de hacer el desfile venía rondando la cabeza de varios de los amigos que se conocían de grupos juveniles y que el año antes había sido clavarios del Corpus. Agunos eran aficionados a ir a ver esta fiesta a Alcoy y Ontinyent y se preguntaban por qué no poder hacerlo en Torrent. Finalmente se decidieron y se pusieron a la tarea de organizarlo. Pepe se sentaba en el campo de Mestalla junto a un sufridor valencianista de la población de Beniganim, muy aficionada a los moros y cristianos, y quedó todo arreglado. Se alquilaron los trajes y se completó la escuadra con la comparsa Benigania para este primer desfile. Se puso una pancarta, se encendieron focos en los balcones de los vecinos. La noticia corrió como la pólvora siendo  muchos los que se acercaron para ver a esas personas disfrazadas al paso de música mora.

NO POR LA AVINGUDA
Después de la primera bajada, que llenó de público el casco histórico, todo cambió. El Ayuntamiento vio el filón que presentaba como reclamo para recuperar las fiestas patronales, ya prácticamente desaparecidas. El primer desfile se lo pagaron los clavarios íntegramente, pero al año siguiente el Ayuntamiento ofreció 350.000 pesetas para el desfile a los nuevos clavarios. Sin embargo, la nueva clavaría consideraba que era poco dinero y acabó por solo salir en la procesión y no meterse en jaleos. Todo podría haberse truncado, pero en los clavarios del año anterior había ganas de salir de nuevo y se había corrido la voz del desfile. Había más gente interesada, como Agustín Simó, por lo que comenzaron a organizarse de nuevo. Se enteraron de lo sucedido y pidieron al Ayuntamiento ese dinero para repetir nuevamente la bajada, que al contar como invitados con la filà cristiana Artal de Luna de Paterna  pasó a ser ya una Entrada de los dos bandos.

Pese a la insistencia del concejal de fiestas, que pretendía que se hiciera en la Avinguda, se mantuvo el recorrido original desde el Teatro Hogar Antoniano, donde se cambiaban, hasta la plaça del Raval ,donde alcanzaban los 30 fotos alquilados. El día de la entrada, que comenzó a llamarse Baixà, se ha mantenido inamobible. De hecho es de las pocas poblaciones en las que la Entrada se hace al final en lugar del primer día
El tercer año, la extinta Caja de Ahorros del Mediterráneo, que iba a integra a la Caja de Ahorros de Torrent, se volcaba con la fiesta y decidía tras las gestiones de Benito Nemesio subvencionar un millón de pesetas de la época para que se volviera a hacer otra vez la Entrada. Ese año dejó de desfilar comparsa Bengania y vivieron de Beniganim los Huracains y también los Berebers de Agullent. Por el bando cristiano se invitó a los Llauradors de Godella. 

Poco después se creó la comparsa mora Buadins, y casi al mismo tiempo, se formó la Asociación de Amics del Moros i Cristians de Torrent. De la falla de la Plaça nacería más tarde la comparsa Alfaquies, que desfiló el cuarto año, y al poco tiempo la filà Hospitalaris, la primera cristiana. A partir de ahí la fiesta prendió como una mecha de traca y surgieron una docena de filás y comparsas. Más tarde, se constituiría la Federación de Moros y Cristianos, sucesora de la primera asociación en la que participan 12 filás y 12 comparsas definitivas con la última incorporada en 2005, Califats-Saraïns.