La nueva mezquita continuará parada hasta que no haya acuerdo

En el último momento, y una semana después de una nueva y tensa reunión vecinal en la asociación de vecinos de Nicolás Andreu, se ha llegado a un acuerdo sobre la ubicación de la mezquita en el barrio. El templo musulmán de 1.000 m2 que se planteaba en la calle San Ernesto seguirá paralizado mientras no haya acuerdo entre las tres partes. Vecinos del barrio, representantes del colectivo musulmán y Ayuntamiento llegaron a un punto de encuentro después de más de tres horas de reunión en la sala de juntas municipal. Los vecinos, que habían forzado una reunión el jueves pasado para conocer la situación real del local, se han quedado tranquilos tras conocer que el alquiler se sigue pagando porque existe penalización al haber un contrato mínimo de 2 años. El presidente del Centro Islámico señaló que siguen buscando ubicaciones y que no se están realizando obras. La reunión celebrada ayer jueves sobre las ocho de la tarde contó con la presencia del presidente vecinal Vicente Laencina, que estuvo acompañado de 17 vecinos en representación de las calles del barrio Nicolás Andreu. Por parte del Centro Cultural Islámico de Torrent, estuvo el presidente Zine El Abdin y dos representantes más; y por parte de la administración la alcaldesa de Torrent, María José Catalá; el concejal de urbanismo, Santi Martí; el concejal de Seguridad Ciudadana, Santi Miquel; el concejal de Barrios, Jose Gozalvo; y representantes de la Consellería de Inmigración. La polémica sobre la ubicación saltó hace más de un mes cuando los vecinos dieron la voz de alarma sobre la posibilidad de que se estuviera continuando en secreto las obras del templo, ya que algunos de ellos habían conocido que se seguía pagando el alquiler del centro. Tras un mes de espera para tener información del ayuntamiento los vecinos se movilizaron y convocaron una reunión la semana pasada.

Amenaza de movilizaciones

La reunión de la semana pasada fue muy tensa, tanto como la celebrada hace unos meses. Los vecinos amenazaban con movilizaciones vecinales si el Ayuntamiento no daba solución al conflicto surgido por la nueva mezquita. Con este punto en común finalizó una alborotada reunión en la asociación de vecinos de Nicolás Andreu. Los más de cien vecinos del barrio reclamaban la paralización de las obras de la nueva mezquita de la calle San Ernesto y una reunión con la alcaldesa, aunque no llegaban a un acuerdo sobre si habría una delegación para tratar el tema junto a la comunidad musulmana en el Ayuntamiento, o sería la alcaldesa la que tenga que tuviera que dar explicaciones en la sede vecinal. Según los vecinos, el centro islámico había retomado las obras y seguían pagando el alquiler de la nave de 1.000 m2. “Lo están haciendo a hurtadillas, y un día de estos nos encontraremos con la mezquita abierta, y con un grave problema”, señalaba una de las vecinas en la reunión vecinal. Con una postura predispuesta y con la mirada puesta en una manifestación inmediata comenzaba la reunión sobre las ocho de la tarde. El enfado de los vecinos era monumental porque consideran que la alcaldesa les mintió al decir que no se había concedido ninguna licencia. La postura de dos de los portavoces de la reunión era decidida y mantenían su intención de movilizarse pasara lo que pasara sin embargo, varios vecinos pidieron una reunión o explicaciones del Ayuntamiento. En ese momento el concejal de urbanismo, que estaba presente a pesar de no estar invitado corrigió a la mesa explicando que la licencia no se firmó hasta septiembre, y que no se puede denegar si se cumplen con todos los requisitos. También emplazó a mantener una nueva reunión para dar solución a la situación, momento en el que se voto a mano alzada y sin contar las manos. Finalmente, el concejal de urbanismo emplazó a una reunión para ayer martes, pero las diferencias entre ambas posiciones hizo que la reunión fuera dilatándose, y gran parte de los vecinos se fueran decepcionados por considerar que de nuevo el tema quedará postergado.