La conveniencia de pisar la calle con suma frecuencia constituye una de las más eficaces herramientas de comunicación política, por lo que ésta tiene de directa y cercana a la hora de estar en contacto permanente con la ciudadanía y de recabar inquietudes, recomendaciones y críticas.
En las antípodas del clásico historiador latino Tácito, que sostenía que, para controlar bien los dirigentes a las masas, "cuanto más lejos, mejor", la lógica de la política moderna impone la observancia de frecuentar la calle sin guardar las distancias y de hacerlo con rostro amable y atento, pisando en firme el terreno y desgastando las suelas de los zapatos para dar apariencia de vaciarse en el trabajo por el bien de todos los convecinos (se sobreentiende tácitamente que también de todas las convecinas sin necesidad de hacerlo más largo ni de recurrir a la "arroba"). Y, si se lleva detrás un séquito de cámaras fotográficas, pues más que mejor para la propaganda. Nuestros anteriores alcaldes, Ros y Bresó, ya se esforzaron por pisar mucho la calle, algo que pretende acentuar aún más prosódicamente nuestra actual alcaldesa y diputada nacional, Catalá. Cierto es que prodigarse también ahora por los pasillos de las Cortes en la madrileña Carrera de San Jerónimo y codearse entre la bancada popular del Congreso, le restará horas de recorrido sobre el asfalto de Torrent, pero qué compensación para los torrentinos estar ahora representados como nunca (con permiso de Eva Amador) en aquella Cámara Baja en la que se cocina y se aprueba todo cuanto nos atañe a los españoles.
Y así trascienden las impresiones en los foros torrentinos, divididos nuestros convecinos por las idas y venidas de nuestros políticos, divididos también entre los que prefieren que nos paseen por aquí a los ministros y a la "vicetodo" De la Vega luciendo sus elegantes vestidos dignos de volver a saltar a la portada de Vogue, y quienes prefieren que nos asomen por nuestras calles a los consellers y al "vicepresi" Rambla exhibiendo los bolsillos repletos de "cheques al portador" a cuenta de inversiones para Torrent.
El que también viene mucho por Torrent es Alfonso Rus, presidente de la Diputación, alcalde de Xàtiva y presidente del Olímpic. Con su habitual tono campechano y socarrón, nada más tomar el mando en el Palau de Batlia, el bueno de Rus aconsejó a los políticos populares de los municipios valencianos "ponerse los vaqueros y bajar a la calle para hablar con la gente". Que así se debe hacer hoy política en nuestros pueblos.